
Formentera y su Historia: Desde la Antigüedad hasta Hoy
Un repaso a la historia de Formentera, desde sus primeros habitantes hasta convertirse en el destino de moda del Mediterráneo.
Una isla pequeña con una historia grande
Formentera es conocida hoy por sus playas, su tranquilidad y su paisaje intacto. Pero la historia de esta isla va mucho más allá del turismo. Es una historia de resistencia, de aislamiento, de comunidad. De siglos en los que sus habitantes vivieron del mar, del campo y de lo poco que daba una tierra difícil, pero fértil en cultura.
Los primeros pobladores
Los restos arqueológicos demuestran que Formentera estuvo habitada desde la Edad del Bronce. Existen yacimientos como Ca na Costa, un conjunto megalítico que sigue en pie y que se cree que es un antiguo monumento funerario, parecido a los círculos de piedra del norte de Europa.
Durante siglos, la isla fue refugio temporal de pueblos fenicios, cartagineses y romanos. Aunque nunca fue una gran ciudad, siempre estuvo presente en las rutas marítimas del Mediterráneo.

Poblado prehistórico de Es Cap II / C.C.
Época medieval y abandono
Durante la Edad Media, Formentera fue invadida por piratas con frecuencia. Estos ataques constantes, sumados a la escasez de agua potable, hicieron que durante varios periodos la isla quedara prácticamente despoblada.
No fue hasta el siglo XVIII que comenzó una repoblación estable. Se construyeron torres de vigilancia costera, se organizó el campo en parcelas y se establecieron los núcleos de población que hoy conocemos.

Fuente: formentera.es
Siglo XIX: aislamiento y autosuficiencia
Hasta bien entrado el siglo XX, Formentera vivió de espaldas al mundo. No había turismo, ni conexión fluida con el exterior. Las familias eran autosuficientes: cultivaban, pescaban, hacían pan, y se ayudaban unas a otras.
Las casas payesas no eran solo hogares, eran sistemas completos de supervivencia. Se cocinaba con leña, se almacenaba agua de lluvia y se criaban animales. Todo con un respeto profundo por el entorno.

Imagen tomada desde el Rastrillo de la Plaça de la Constitució y el Mercat Vell a principios del siglo XX. / Narcís Puget/AISME
El cambio: los años 60
La década de los 60 trajo una revolución silenciosa. Llegaron los primeros viajeros alternativos: artistas, hippies, aventureros. Gente que buscaba justamente lo que Formentera ofrecía: belleza, calma, autenticidad.
No venían buscando hoteles ni fiesta. Venían buscando inspiración. Algunos se quedaron. Otros regresaron cada año. Y poco a poco, sin querer, hicieron que el resto del mundo empezara a mirar hacia aquí.

Fuente: thebestibiza.com
Formentera hoy
La isla ha cambiado, claro. Pero mucho menos de lo que cabría esperar. Las restricciones urbanísticas, la protección del entorno y la conciencia ecológica han evitado que se convierta en un destino masificado.

Fuente: formentera.es
Todavía puedes recorrer caminos de tierra, ver higueras centenarias, encontrar playas casi vacías al amanecer. Y si quieres entender de verdad esta historia, lo mejor es hacerlo al ritmo de la isla.
Por ejemplo, navegando. El alquiler de barcos en Formentera te permite conocer su costa como lo hacían los antiguos marineros: bordeando acantilados, entrando en calas, observando cómo el paisaje ha resistido al tiempo.
Una isla que ha sabido mantenerse fiel a sí misma
Formentera no ha olvidado sus raíces. Se nota en sus tradiciones, en la arquitectura, en la forma de hablar de sus habitantes mayores. La historia de la isla no se encuentra solo en libros o museos. Está en cada piedra del campo, en cada muelle de madera, en cada torre de defensa que mira al mar.
Y sigue escribiéndose cada día, con quienes llegan, con quienes vuelven y con quienes deciden quedarse.